En Estados Unidos, las infecciones vaginales son uno de los motivos más frecuentes de visita a la consulta, suponiendo millones de visitas anuales.
-
Las infecciones vaginales están causadas por microorganismos, pero pueden tomarse precauciones para reducir el riesgo de contraer dichas infecciones, como usar ropa interior absorbente y no demasiado ajustada.
-
Las infecciones suelen producir una secreción con prurito, enrojecimiento y a veces quemazón y dolor.
-
Para detectar los microorganismos que pueden causar estas infecciones, se examina una muestra de flujo vaginal o del cuello uterino.
-
El tratamiento depende de la causa.
Las infecciones vaginales incluyen
-
Infecciones por levaduras (candidiasis)
Por lo general, causan secreción vaginal, malestar y olor vaginal. Sin embargo, estos síntomas no indican necesariamente una infección; en su lugar, pueden ser el resultado de otros trastornos que afectan a la vagina. Por ejemplo, sustancias químicas u otros materiales (como productos de higiene o de baño, detergentes para la ropa, espumas y geles anticonceptivos o ropa interior sintética) pueden irritar la vagina y provocar una secreción y malestar. En estos casos, la inflamación resultante se denomina vaginitis no infecciosa (vaginitis inflamatoria).
Una secreción vaginal puede tener su causa en un trastorno que afecta a otros órganos reproductores, más que a la vagina. Por ejemplo, determinadas enfermedades de transmisión sexual (ETS), como la infección por clamidia o la gonorrea producen secreción vaginal. Las bacterias que provocan estas enfermedades se pueden propagar desde la vagina hacia el cuello uterino (la parte inferior y estrecha del útero que se abre hacia el interior de la vagina) y el útero, causando enfermedad inflamatoria pélvica. El herpes genital, que puede causar vesículas en la vulva (la zona alrededor de la abertura de la vagina), la vagina y el cuello uterino, también causa secreción vaginal.